La capacidad económica influye significativamente en la posibilidad de donar a fundaciones.

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En España, es evidente que las personas recién jubiladas suelen tener pensiones más altas que los salarios de los jóvenes que comienzan su carrera profesional, quienes además enfrentan altos costes de vivienda y de vida. Sumado a esto, la franja de edad de 60 a 75 años hereda de sus mayores, lo que incrementa su poder adquisitivo. Por ello, este grupo representa la mayoría de los donantes actuales, disponiendo de mayor capacidad económica que otros grupos de edad.

Más allá de estos datos, las organizaciones deben reflexionar sobre cómo comunicarse con estos segmentos de edad. Muchas aún utilizan el correo postal y el cargo en cuenta, pero un análisis detallado revela que el canal online es especialmente eficaz para estos grupos.

Según un estudio en Francia, que refleja una realidad similar a la nuestra, las donaciones online crecen considerablemente en el grupo de 65 a 75 años respecto a otros, y esta tendencia seguirá aumentando con el tiempo, junto al envejecimiento de la población.

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Los mayores de edad son usuarios activos de internet, y la digitalización de los servicios bancarios ha contribuido a que también se conviertan en donantes digitales. Es importante tener esto en cuenta al diseñar estrategias de captación de fondos.

¿Qué opinas sobre esta tendencia? ¿Cómo crees que tu organización podría adaptar sus estrategias de captación para conectar mejor con estos donantes digitales?

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Nos encantaría conocer tu experiencia o ideas sobre este cambio en los hábitos de donación, ¡comparte tus comentarios o preguntas con nosotros!