¿Son todas las acciones de filantropía empresarial un ejemplo de RSC? En el ámbito empresarial cada vez se apuesta más por la sostenibilidad, la filantropía y la RSC, pero, en muchas ocasiones, se confunden los términos. Sigue leyendo porque en este artículo te explicamos sus similitudes y diferencias.
La palabra filantropía fue desarrollada por el emperador romano Flavio Claudio Juliano como algo parecido a la caridad religiosa, pero el término ha ido evolucionando de forma que ahora se utiliza en el ámbito de los negocios para referirse a las acciones de ayuda mediante donativos, voluntariado u otras formas, a organizaciones humanitarias o comunidades.
La filantropía puede ir más allá cuando se comparten conocimientos, experiencias y se crean relaciones reales y cercanas con las personas que forman parte de la sociedad.
La principal diferencia con la RSC es que la filantropía empresarial no está alineada con los objetivos de la empresa, aunque logra mejorar su imagen y atraer y retener talento a la organización.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ve influida por una idea filantrópica de la actividad empresarial. Se entiende que las empresas deben devolver, de alguna manera, parte de los recursos que reciben de la sociedad mediante donativos o acciones benéficas, como la participación voluntaria en acciones que beneficien a la comunidad, por ejemplo.
En este caso, la RSC está totalmente alineada con los objetivos de la empresa y con su estrategia en el mercado.
Las principales ventajas de la RSC para tu organización son las siguientes:
Tal y como hemos visto anteriormente, los donativos pueden ser una de las acciones que se realizan tanto para la filantropía empresarial como para la RSC y una de las formas de recaudar fondos es el crowdfunding social.
El crowdfunding social consiste en atraer micromecenas que quieran contribuir con ayudas económicas a un determinado proyecto social. El objetivo del proyecto social puede ser muy variado, desde la ayuda a niños o colectivos desfavorecidos, a la lucha contra el cáncer u otras enfermedades, o la ayuda en casos de desastres naturales.
Además, el crowdfunding se puede combinar con otras acciones como la organización de un evento o de un mercadillo solidario, por ejemplo.
En definitiva, detrás de la filantropía empresarial y de la RSC está el valor de la solidaridad, la voluntad de ayudar a personas que lo necesitan.